La extraña poesía oculta en el Exconvento de Tepoztlán

Una de las cosas más placenteras que uno puede hacer en Tepoztlán es caminar, en silencio, por el Exconvento de Tepoztlán. Solo sentir el cambio de temperatura al entrar es una experiencia bonita que convoca un pasado lejano.

Cada rincón tiene su encanto. Los murales cuasi-fantáticos y anfibiescos dan para entretenerse un buen rato. Las formas, caras y figuras geométricas son lindas, pero sobre todo, tienen mucha personalidad. En medio de toda esa belleza hay un tesoro oculto y es poco ortodoxo: simpáticos poemas pintados sobre las letrinas, con una dosis de reflexión. 

El Exconvento y su poesía escatológica

El Exconvento de la Natividad fue construido en la segunda mitad del siglo XVI; para 1580 ya estaba en funcionamiento. Desde entonces y hasta 1773, permaneció en manos de los dominicos. Después de esa fecha, “fue entregado al clero secular como consecuencia de las Reformas Borbónicas de fines del siglo XVIII”. Entre la atmósfera de fe y disciplina dominica, pocos creerían que este lugar pudiera albergar algo de humor. Pero eso es, justamente, lo que podemos encontrar en la poesía.

“NADIE ME PUEDE NEGAR, que en el mundo no hay placer, mayor que comer, y evacuar con mesura”, dice uno. Sin duda no tiene un carácter religioso, pero está en sintonía con un espíritu de templanza y diligencia (dos de las virtudes contra sus respectivos pecados capitales).   

Hay que decir, sin embargo, que esta poesía escatológica no fue escrita por los dominicos, sino por José Manuel de Mata, en 1804, y pintada, hasta 1895, por José Donaciano.

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Cuentan que estos poemas se recuperaron gracias a una hermosa exposición colectiva que se realizó en el museo del Exconvento. Diferentes personas del pueblo fueron invitadas a llevar objetos relevantes para la historia de Tepoztlán, como una forma de hacer memoria con cosas cotidianas o aquellas que guardamos por amor a los recuerdos. Fue así como apareció un papel con los textos completos de las letrinas. Una persona, cuando aún eran visibles, copió. Algunos dicen así:  

“Si en comer eres decente, en vestir y en hablar, en el modo de evacuar no te muestres indecente”.

“De las materias fecales todos hacemos morcilla, y cuando la gana pilla dando al intestino tono, el Rey baja de su trono y el Papa deja su silla”.

Cuerpo sabe 

Estos poemas nos dejan una sonrisa, pero algo más valioso que eso. A través de uno de los actos más corporales que podemos ejercer, defecar, podemos pensar –desde otro contexto temporal– que la sabiduría y el conocimiento siempre atraviesan el cuerpo. Contrario a lo que uno pudiera imaginar, con la dicotomía entre alma y cuerpo que se ha sostenido por miles de años, encontramos en esta poesía escatológica un alma encarnada. 

Además de los magníficos murales y los poemas, te invitamos a buscar otros encantadores secretos del Exconvento, entre ellos un graffiti francés pintado en uno de los muros. 

Visita el Exconvento de Tepoztlán

• Entrada gratuita
• Envila y No Reelección s/n, Zona Centro, C.P. 62520, Tepoztlán, Morelos, México. (Acceso por Avenida Zaragoza)
• +52 (739) 395 0255 
• Martes a sábado de 10:00 a 17:00 hrs.