Esta entrevista con Chavela Vargas evidencia su intenso romance con Tepoztlán; también, con una tepozteca de nombre María.
Si alguien amó México por mera convicción y no por simple destino esa fue Chavela Vargas. La cantante de voz aguerrida, que se destrozaba la garganta en cada canción, profesó un amor inmenso por nuestro territorio. Y si en un sitio se sintió tremendamente a gusto, fue en Tepoztlán, Morelos. Aquí decidió pasar sus últimos años y, se dice, afirmaba conversar cada mañana con el mismísimo Tepozteco.
El pueblo, que es en más de un sentido mágico, atrapó a la mexicana por elección, como a tantos otros personajes, después de seducirla con las extrañas energías de estos pueblos que las montañas abrazan. Es bien sabido que, como dice Chavela Vargas, en Tepoztlán hay un fuerza distintiva, incluso al tacto, las cosas más sencillas se presentan diferentes.
Entrevista con Chavela Vargas sobre Tepoztlán
Chavela nos da un breve y precioso recorrido por su pueblo querido, en esta entrevista, que es una auténtica rareza. Nos pasea por el centro del pueblo de Tepoztlán, cabecera municipal, donde están el mercado, el ex convento y aloja un intenso intercambios cultural. Entre indígenas, mestizos, extranjeros, turistas acaudalados y uno que otro personaje Chavela se deja cobijar por la diversa vida tepozteca. Arriba, dice, allá por la pirámide, están los dioses del pueblo, y no lo dice con ligereza.
“María Tepozteca” (1993)
A continuación, escucha la icónica canción “María Tepozteca”, un poema eróticomusical inspirado en una experiencia intensa que tuvo Chavela con una joven del pueblo. Cuenta Chavela con toda la franqueza del universo, que ella y Diana, su amiga tepozteca, se pasearon en una carreta llena de rosas. El episodio que, evidentemente deriva de una buena “guarapeta”, termina con Chavela, en una cruda inmensa, observado en el cuerpo desnudo de su amiga y embelesada por la escena, imagina una deliciosa canción.